Precedentes
El Colegio de Arquitectos de Chihuahua, aparece en este medio público de expresión de nuestra ciudad, como la manifestación rectora en la arquitectura, para que, por medio de ella, se muestre, oriente y responda al ciudadano, sobre el crecimiento y transformación de la forma e imagen de la ciudad que habita, como del estado que la misma actualmente presenta.
Con motivo de la reciente conmemoración del tricentenario de la fundación de nuestra ciudad capital, el hecho histórico fue localmente, citado, comentado y celebrado. Este tema, para el inicio de nuestra encomienda rectora, resulta imprescindible como referente necesario para comprender la gestación de nuestra ciudad.
Históricamente los propósitos de un gobierno colonial sobre un territorio habitado, han sido la conquista militar, la exploración y expansión territorial, la aculturación de los habitantes locales y la explotación de sus recursos naturales. América no fue la excepción con el gobierno español en el cumplimiento de tales propósitos, los cuales generaron fundación de comunidades, es decir, la presencia permanente de un grupo de habitantes en un territorio determinado.
Con el primer propósito, la conquista militar, se obtuvo, la refundación de las capitales sobre las destruidas de los imperios vencidos, como las grandes metrópolis: Tenochtitlán y Cuzco; continuando con la expansión territorial, en los presidios militares como sucedió aquí en el Norte, con la aculturación, en las misiones habitadas por los indígenas y los religiosos con su tarea de evangelización, con la explotación de recursos, como fueron los preciados oro y plata que resultaron en pueblos mineros con su topografía accidentada, como Zacatecas y Taxco, y por último todas esas fundaciones, las comerciales, agrícolas, industriales y de paso, que aparecieron necesariamente en el tejido de la comunicación, transporte y soporte entre todas las fundaciones originales, que fueron creciendo naturalmente, sin más control que el impulso de los propósitos que las fundaron.
Es importante señalar además que en la historia occidental no ha existido hasta la fecha, ni existía en esos años de la colonia española, ningún antecedente tan asombroso, maravilloso y numeroso de fundación de ciudades como para cubrir el extenso territorio del continente americano y en nuestro tema, de toda la actual América Latina desde la Argentina hasta nuestro país México.
Todo este suceso fundacional se inició, con de la caída de la Tenochtitlán en 1521, reordenándose en 1573, con la ordenanzas reales de Felipe II (1), que establecieron los procedimientos generales para continuar este poblamiento de América, contenidos en tres temas fundamentales: Descubrimientos, Asentamientos y Pacificaciones; de los cuales el que atiende nuestra cuestión es el de Asentamientos que señala lo concerniente a la fundación de comunidades. Estas ordenanzas pueden considerarse como el primer código civil de planeación urbana del mundo occidental realizado con propósitos prácticos o de aplicación inmediata, sobre los creados medievales y renacentistas, estimados como propuestas teóricas y sólo fincadas en la especulación de lo no realizado.
En el escenario de la fundación de la Cd. de Chihuahua aparecen tres comunidades vecinas con identificaciones coloniales ya citadas: la misión de Nombre de Dios, Sta. Eulalia pueblo minero y las haciendas dedicadas al beneficio de la plata establecidos en la ribera del río Chuvíscar. Éstas, salvo la religiosa, son convocadas en Sta. Eulalia por la autoridad Virreinal en el año de 1705 a una consulta pública, tras decidir ellas, concentrar en un sito, la residencia definitiva de sus actividades comunitarias, para lo cual, cada una propone, el sitio actual de sus fundaciones, pero en este escenario ambas con el impulso original ya citado, la eligieron, privilegiando el sitio por su inmediatez a la actividad empresarial que realizaban, sobre la vida comunitaria.
Ante tal circunstancia, la autoridad, explora y considera tales señalamientos de sitios propuestos por las comunidades, ponderando el entorno físico donde se pretendía fundar la ciudad, sobresaliendo la presencia del río, señalado como recurso natural necesario, en congruencia con lo que dictaban las ordenanzas, sobre la inconveniencia de la topografía accidentada del otro. Concluye finalmente, como consta en el acta de fundación de nuestra ciudad, el 12 de octubre de 1709 (2) con un acto de gobierno; esto es, decidir por las comunidades convocadas, que el sitio definitivo para la residencia de ambas sería la actual, considerando para ello la presencia del río Chuvíscar y su ribera alta orientada al Sur. Dictándose, a los habitantes de Sta. Eulalia, la prohibición de continuar construyendo sobre ese sitio, estableciendo además, las sanciones correspondientes para quien así lo hiciere.
En este acto fundacional resalta la intervención del gobernante, con dos acciones concluyentes.
La realización de la convocatoria de una consulta pública a las comunidades en cuestión, para la elección de un sitio donde fundar una comunidad, es decir, la villa, la ciudad ahora, donde las comunidades convocadas deseaban vivir. En esta acción resalta la autoridad como gestora, la comunidad como proponente y exponente de sus inquietudes y la consulta en sí misma, como concreción del diálogo entre el gobierno y el gobernado.
Y la aplicación de la legislación vigente: las ordenanzas de 1579, relativas al tema de asentamientos, al ubicar la Cd. de Chihuahua en el sitio donde actualmente se encuentra y en donde resaltan los conceptos de urbanización: como se muestran en el dibujo contemporáneo del plano de la villa fundada (3). Elección del sitio: topografía accesible y disponibilidad de recursos naturales, como el agua del Chuvíscar. El centro urbano, como generador del encuentro de la comunidad y la actuación del gobierno, con la plaza Mayor (la actual de Armas), y en su entorno los edificios de los poderes público, religioso, y el comercio. Y por último la traza urbana, con la rectoría del uso del suelo y de la cuadrícula, que propiciaría el trazo, la orientación climática, el crecimiento, la parcelación y distribución de la suelo.
Nuestra ciudad nació entonces de la ejecución dos acciones trascendentales que condujeron a la fundación de la ciudad que actualmente habitamos, acciones que deben de persistir como una herencia inolvidable e ineludible para la gestión diaria de nuestra ciudad: La consulta pública, de nuestro parecer sobre la ciudad que habitamos y construimos, y la implementación de lo que bien podemos considerar nuestras ordenanzas actuales, es decir los planes de desarrollo urbanos estatales y municipales y sus reglamentos de construcción, constituidos para el ordenamiento, la conducción y crecimiento de nuestra ciudad, y cuya ejecución corresponde a la autoridad que nos gobierna como rectora del escenario colectivo que es, precisamente, la ciudad.
(1) Archivo de Indias en Sevilla, España.
(2)(3) Cronista de la Cd. Prof. R. Beltrán .A
Arq. Ernesto Rodríguez R.,
Colegio de Arquitectos de Chih. A.C.
arqrdgz@gmail.com Fuente: http://eldiariodechihuahua.mx/notas.php?f=2012/01/01&id=ef5acaabbc7a51d043ab918d706fcf2f
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