Santiago Calatrava (Benimámet, 28 de julio de 1951) es un arquitecto, ingeniero y escultor español. Entre los premios y reconocimientos que ha recibido destaca el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1999)2 y el Premio Nacional de Arquitectura (2005).
Se le considera un arquitecto especializado en grandes estructuras. Calatrava ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo. Entre ellos destaca el Premio Príncipe de Asturias de las Artes que recibió en 1999.2También ha sido nombrado Doctor honoris causa en veinte ocasiones.1
Posee influencias de Fernando Higueras, Jørn Utzon, Antonio Gaudí, y las arquitecturas gótica y romana.
Las obras de Calatrava han sido muy criticadas, fundamentalmente por cuatro motivos: los elevados presupuestos (que además suelen incrementarse durante su construcción), los altos costes de mantenimiento, el parecido entre ellas y las graves carencias estructurales y funcionales que han tenido. Por ejemplo, el trabajo de Calatrava en Bilbao ha sido criticado de poco práctico: el aeropuerto de Bilbao carece de instalaciones óptimas para los viajeros, con una sala de espera a la intemperie en una ciudad muy lluviosa6 y en el puente de Zubizuri las losetas de cristal se rompen con facilidad (en 10 años debieron ser repuestas 600 de ellas, con un coste para el Ayuntamiento de 300.000 euros)7 y son deslizantes cuando llueve,8 motivo por el cual varios peatones resbalaron en el mismo a lo largo de los años.7 En 2007, Calatrava demandó al ayuntamiento de Bilbao9 por permitir que se construyera una pasarela peatonal de Arata Isozaki y quedase unida con el puente. En una primera instancia se desestimó la denuncia interpuesta contra el Ayuntamiento de Bilbao por vulneración sobre la propiedad intelectual en el puente ZubiZuri al entender que, aunque se ha alterado su obra, el interés público prevalece sobre el derecho de autor.10 Sin embargo, tras una apelación, en marzo de2009 la Audiencia Provincial de Vizcaya rectificó el criterio del magistrado de lo Mercantil de Bilbao y falló a favor del demandante, condendando al consistorio a pagar 30 000 € al arquitecto en concepto de indemnización.11
Calatrava en 1996 fue elegido para la construcción de un puente sobre el "Gran Canal" en la ciudad deVenecia. Desde que el proyecto fue aprobado numerosos cambios estructurales han sido realizados debido a la inestabilidad mecánica de la estructura y al excesivo peso del puente,12 el cual podría causar que los márgenes del canal se cayesen. La obra fue parada brevemente al poco de comenzar. En 10 años el proyecto ha sido inspeccionado por más de 8 consultoras diferentes y el coste del proyecto ha aumentado más de tres veces del presupuesto original;13 en 2008 el puente fue terminado y el alcalde decidió no festejar la inauguración debido a la polémica generada durante la construcción.14
La crítica más común y generalizada a la obra de Calatrava fue recogida por el diario estadounidense The New York Times en 2009. En sus páginas, se afirmó que los edificios de Calatrava presentan "una preocupante incongruencia entre la extravagancia de su arquitectura y el limitado propósito al que sirve", en referencia a la estación que Calatrava ha diseñado para la zona cero de Nueva York.15 De hecho, no es la primera obra de Calatrava que ha sido criticada por extravagante, por ineficacia al distribuir el espacio, o por poco práctica. Por ejemplo, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia ha sido ampliamente criticado por ofrecer inmensos espacios poco adecuados a su objetivo que son un derroche de espacio difícilmente empleable, con techos altos, paredes de formas irregulares, elementos estructurales pasantes,..., de manera que el espacio expuesto es una ínfima fracción del espacio construido. Además, en ese mismo edificio se ha señalado el derroche energético que supone tener que refrigerar un edificio inmenso cerrado en su totalidad con ventanales que, durante el día valenciano medio, elevarían sobremanera la temperatura del local. Otros, por emplear en su construcción el caro y poco ecológico hormigón blanco, y por una distribución interior que desaprovecha gran cantidad de espacio. En general, sus detractores señalan que Calatrava pretende diseñar grandes y espectaculares cajas que luego rellena con mayor o menor fortuna, sin modificar apenas su estilo, que ha sido tachado de repetitivo y poco variado,16 sin adecuarse apenas al entorno en que construye, ni en lo referido a la climatología, ni en lo referido al propio paraje natural o entorno arquitectónico en que va a enmarcarse la nueva construcción. El auditorio de Tenerife ha sido criticado por no ser accesible para discapacitados físicos.17
La última polémica surgida por una obra de Calatrava se debe al Palacio de Congresos Princesa Letizia construido en Oviedo, ya que contaba con un dispositivo móvil a modo de visera que sin embargo no podrá levantarse por problemas en su mecanismo hidráulico.